Así fue el Festival del CIDAP este año

A inicios de noviembre, Cuenca se convierte en la sede de un sinfín de eventos culturales, de entretenimiento y ferias por las fiestas de independencia (3 de noviembre). Y se puede decir, con seguridad, que durante estos días los cuencanos y cuencanas son más felices.

Bajo el sol de aguas típico de noviembre hay cientos de carpas blancas que se extienden en fila por las orillas del río Tomebamba, dentro de ellas se encuentran artesanos y artesanas que exponen sus obras a los ciudadanos. El ambiente huele a algodón de azúcar y a pintura en aerosol, hay música y algunos vendedores ambulantes. Así es el ambiente del Festival de artesanías de América organizado por el Centro interamericano de artesanías y artes populares (CIDAP).

Este evento es reconocido a nivel de Latinoamérica, pues conglomera a los artesanos destacados de las provincias del Ecuador, quienes traen a Cuenca piezas de diferentes ramas artesanales como el barro cocido, la cerería, cuero, pintura, entre otros.

Al tener un evento así en mi propia ciudad era imposible no visitarlo. Me encontré con artesanos increíbles que compartieron conmigo el proceso de creación de sus piezas y con breves palabras me adentraron al mundo de su rama artesanal. En este blog comparto con los lectores las artesanías más destacadas y atractivas que vi en el sitio.

Un sitio lleno de innovación

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1. Espacio Verde por Ruth Coronel (Cerería)

El puesto estaba resplandeciente por la iluminación cálida, me llamó la atención de inmediato las piezas porque había algo particular en ellas: Flores.

Espacio verde es una empresa de diseño floral con la dirección de Ruth Coronel, se dedican al diseño de jardines y decoración de interiores y exteriores, por lo tanto, no fue extraño que su estante sea un jardín y las flores estuviesen presentes incluso en las pantallas de las lámparas.

Estas piezas están elaboradas con parafina, material que se usa para elaborar velas y en la mitad de las capas se encuentran flores naturales disecadas y prensadas para su decoración.

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2. Arte en madera, Ricardo Villalba

Al avanzar por los estantes me topé con una pieza peculiar y quien pasaba por ahí se detenía a observarla con atención. La pieza que robó tantas miradas fue un nacimiento de Jesús tallado en madera por Ricardo Villalba.

La curiosidad y admiración se juntaron ese instante, pues en mi opinión aquellos artistas que realizan tallados deben tener precisión y decisión en sus manos, porque esta técnica no permite margen de error, y en ello concuerda conmigo Villalba, al reconocer que lo más complicado de tallar en madera es el equivocarse.

Para él, lo fundamental es conseguir buena materia prima para secarla posteriormente. Me comentó que el tiempo de secado está vinculado al tipo de árbol del cual se extraiga la materia prima, ya que, por ejemplo, si es nogal hay que secarlo 15 años. En el caso de la pieza de Cristo, que se encuentra en el fondo de la foto, la secó por 10 años. Muchas de las piezas en las que él ahora talla las tenía cuando era más joven.

En cuanto al nacimiento de Jesús, la cual era el foco de atención, fue tallado hace aproximadamente un año y tomó menos de dos meses su elaboración. Los materiales que usó fueron una motosierra, gubias, formones y espadas delgadas llamadas Corvin.

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3. Taller Manos hábiles

Llegué al puesto de Manos hábiles cuando una clienta regateaba el precio de una pieza con Rene Ñacato, el propietario. Se trataba de un hermoso set de colibrís, en el que se combinan dos ramas de la artesanía: la cerámica y alfarería. Ella decía que deseaba llevarlo, pero estaba caro, sin embargo, una vez que se conoce el tras bastidores de la realización de esta pieza, se entiende que el costo no es por casualidad.

El taller de Manos hábiles se encuentra en Rumiñahui provincia de Pichincha, en él Rene Ñacato junto con su esposa Verónica Loachamín, trabajan metal niquelado o plateado. Lo que más les gusta elaborar son aves, en especial los colibrís.

El proceso de creación inicia como en cualquier artesanía, con el diseño, luego eso se traslada al metal para labrar, cincelar, repujar y finalmente ensamblar las tapas de láminas para formar la figura. Cuando termina esto, Ñacato me cuenta que empieza el proceso de la alfarería. Empiezan con el colado, realizan el molde para dar la forma, después proceden a pintar las alas del colibrí pluma por pluma y lo queman en el horno bajo esmaltes de vidrio. Así pues, una vez que ambas piezas están terminadas, el proceso culmina al juntar con silicón al frío la cerámica y la alfarería.

Todo lo explicado le toma a Ñacato entre dos horas si es una pieza pequeña, dos a tres días si es mediana y, por otro lado, las más grandes, un mes de trabajo.

¿Por qué colibrís?

Los colibrís donde ellos viven son el ave insignia por lo colorido, la pureza, belleza y la rapidez con la que vuela. Rene Ñacato me dice que estas aves son su fuente de inspiración básicamente, por ello, el anterior año en plena pandemia decidió elaborar las alas de estas aves (foto).

Esas alas eran gigantescas y realizarlas duró más de un mes, cada piedrita que las decora fue hecha de cerámica y metal repujado. “Fue tenaz hacer eso, pero lo hicimos”, así lo afirma Ñacato al observar su obra.

Año tras año, el Festival de artesanías de América se ubica en las orillas del río Tomebamba a lo largo de la Av. 12 de abril y no miento al afirmar que lo escrito en este blog es solo una parte diminuta de todo lo que puedes encontrar si decides visitarlo. Más bien, es una obligación acudir si quien esté leyendo planea venir a fiestas de Cuenca el siguiente año, con seguridad encontrarás a más artesanos con piezas tan increíbles como estas.

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Redacción por: Catalina Serrano