La tecnología como potenciador o distractor de la creatividad
Fotograma de la película Captain America
“Promesa cumplida”
¿Es la tecnología la respuesta para la creación de nuevas oportunidades para las mentes creativas de la época?. Aquí una reflexión que surge a partir de una conversación de un colega diseñador.
Comencemos:
En el año 2000 el auge de las .com fue la patada que impulsó a miles de personas a crear negocios en línea con las más singulares ideas que haya visto el mercado, hasta que por supuesto la burbuja reventó.
En 2007 con el lanzamiento del iPhone se abrieron las puertas para el desarrollo de aplicaciones para dispositivos móviles que impulsó a miles de personas a crear servicios basados en esta tecnología.
En 2008 Macromedia Flash gracias a Action Script se posiciona como la alternativa definitiva para el desarrollo de sitios web interactivos.
En 2011 Apple contraataca con el lanzamiento del iPad y con una serie de recursos para desarrolladores y creativos abriendo un amplio abanico de posibilidades laborales.
En 2014 HTML5 se afianza como el código abierto estandarizado para la creación de la web del futuro con nuevas y frescas prestaciones que sus anteriores versiones.
En 2015 la realidad virtual se pone en escena gracias a iniciativas como las Google Cardboard como la nueva forma de percibir el mundo, lo que dio paso a la creación de contenido alternativo al de la clásica pantalla horizontal.
En 2019 Adobe lanza Aero, su propuesta para la creación de realidad aumentada como un nuevo modelo de expresión artística y tecnológica.
En 2020 los NFT golpean con fuerza el mercado de la creación y monetización de imágenes a cambio de acciones casi automatizadas usando plataformas especializadas.
En 2023 revienta ChatGPT, como la nueva herramienta que cambiará el mundo y nuestra forma de interactuar con él, ya sea en lo laboral o lo personal.
En 2024 Apple lanzará al mercado sus nuevas gafas de realidad virtual Vision Pro, como el nuevo gadget tecnológico para la interacción humano – computadora y humano – humano.
Estos por mencionar algunos de los tantos datos que se han impregnado en mi cabeza durante todos estos años.
Bien, qué tienen en común todos estos hitos históricos relacionados con el diseño y la tecnología, pues que todos ellos han sido como grandes olas que golpean nuestra mente con la promesa de ser ese siguiente paso para nuestra evolución profesional.
Lo cierto es que han habido tantos nuevos lanzamientos en todos estos años que más que parecer la promesa de mejores días, se siente más bien como una avalancha de información que tomamos con entusiasmo para introducirnos en él, a costa de abandonar nuestro proyecto anterior.
Es decir, quién no ha iniciado con el diseño de un sitio web, pero antes de terminarlo se inclinó por el diseño de aplicaciones móviles que luego abandonamos por la producción de video, material con el cual llenamos nuestro disco duro, solamente para comprender que ahora debemos estudiar inteligencia artificial, etc., etc.
La pregunta es: ¿Qué habría pasado si hubiéramos profundizado en uno de estos recursos hasta volvernos expertos?. Pues menciono esto debido a que el mercado parece que necesita cada vez más gente especializada en x o y tecnología y cada vez menos versiones beta.
Ojo, no estoy diciendo que tengamos que hacer caso omiso de los recursos que pueden llegar a nuestras manos, lo que digo es que todo esto puede hacer que perdamos el foco de nuestro gran proyecto, cualquiera que este sea, por lo cual debemos saber analizar el aporte que cada nuevo programa, aplicación, dispositivo o revolución tecnológica nos pueda dar.
De esta manera dejaremos de divagar entre la tecnología y podremos poner el foco de nuestros esfuerzos en recursos específicos que nos permitan llegar a nuestra meta. Recordemos que la tecnología si bien es nuestra herramienta para el desarrollo, lo que va a salvar el día es saber que puede hacer nuestra mente creativa con todos estos recursos.
Y recuerde que usted es el artífice y no la tecnología y que esperar todo de ella puede llegar a resultar en una desilusión, basta con recordar lo que un día mencionó Peter Thiel: nos prometieron autos voladores y nos dieron 140 caracteres.
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